Historia
Samuel Hahnemann nace en Meissen, Alemania en 1755 en el seno de una familia modesta, su padre era trabajador artesano de la porcelana. Desde niño demostró grandes aptitudes para el estudio, sobre todo comprensión rápida y dedicación,- afirma el Dr. Hirschel su discípulo y biógrafo – por lo que uno de sus maestros el Sr Muller, lo protege y ayuda, en la escuela de latín de Meissen, y después le consigue una beca para continuar sus estudios en la renombrada escuela de Altos Estudios de Saint Afra, donde recibe la educación clásica, aprende látin y llega a denominar el inglés y francés, cursa Filosofía y materias de Ciencias Naturales.
Samuel-Hahnemann
Aquí nace su vocación médica; decide estudiar medicina partiendo para Leipzig en cuya Universidad se inscribe. Como ya no tiene protectores y su familia no le puede ayudar económicamente, para sostener sus estudios, hace traducciones de libros para editoriales de esa ciudad e imparte clases de lenguas extranjeras. Puede terminar los estudios de medicina, gracias a que los maestros, viendo su dedicación y entrega a los estudios, le condonan el pago de colegiaturas.
Terminados los estudios de medicina, busca la manera de practicar y adquirir más conocimientos. Para ello, se va a Viena a recibir las enseñanzas del célebre Dr. Quarin, quien lo propone como médico familiar del Barón de Bruckental, gobernador de Transilvania, a cuyo servicio estuvo 2 años. En 1779, se encuentra en la villa de Erlagen, donde presenta su examen profesional con la tesis ” Conceptos etiológicos y terapéuticos de las afecciones espasmódicas” ; la presenta en latín.
Se encuentra después, ejerciendo sucesivamente en: Hettstadt Dessau en 1781, en Gommern, Magdebourg; en Dresden es médico del Hospital, y en 1789, vuelve a Leipzig.
No obstante su magnifíca preparación, la medicina que practica como los mejores de su tiempo, termina por disgustarle; su conciencia se inconforma ante ” el estado lamentable en que ha caído el arte de curar”. Abandona el ejercicio de la medicina y se dedica de nuevo a las Traducciones de libros, y al estudio de la Farmacia y la Química, ramas en las que hace mejoras y descubrimientos. Escribe el Lexicon del Farmaceútico. En este ambiente de estudios se encuentra, cuando al estar traduciendo una Materia Médica del Dr. Cullen, llama su atención el conjunto amplio de síntomas y de efectos producidos por la Quina o corteza del Perú, conjunto admirablemente similar al de las fiebres intermitentes (palúdicas); y que curiosamente CURABA ese tipo de fiebres desde que los indios del Perú la empezaron a utilizar en esos casos, y después en Europa al ser llevada por la Condesa de Chinchón en 1640.
Su mente se iluminó y vio claro el científico: UNA SUSTACIA PUEDE CURAR LO QUE PRODUCE. Pero tiene que comprender él mismo este fenómeno biológico; decide comprobar y experimentar en sí mismo los efectos de la Quina: “Tomé-dice en su relato el Dr. Hahnemann -durante varios días cuatro dracmas(unos 14 gr. aproximadamente) de buena Quina “, dos veces por día. Los síntomas que experimentó eran los mismos que presentan las fiebres intermitentes; suspendía las tomas y me sentía de nuevo en buena salud.
Entusiasmado con la comprobación de los efectos de la quina, se entrega a dos cosas: buscar más información y datos en la literatura médica (Farmacológicas y efectos de muchas sustancias) y continuar experimentando en sí mismo otras sustancias.
Varios años de silencio y soledad pasó entregando a esas labores; sólo a algunos de sus amigos médicos confió su descubrimiento y sus experimentos, logrando su cooperación como experimentadores. Porque uno de los principios originales y esenciales de la homeopatía ideado por el Dr. Hahnemann, es el de la experimentación de las sustancias EN EL HOMBRE SANO (o sea CLINICAMENTE SANO). Primero: porque el humano puede explicar y descubrir todo lo que siente en el transcurso de la experimentación. Segundo: por ser en el humano en donde se va a emplear como medicamento. (Sin olvidar que los medicamentos homeopáticos también se emplean en animales con IGUAL eficacia que en los humanos).
Una aclaración es necesaria respecto a lo anterior; la cantidad de sustancia que se ha empleado en los experimentadores, siempre se ha tenido el cuidado de que sea la MINIMA y no sobrepasando la dosis máxima permitida por la experiencia, evitando siempre manifestaciones lesionales o tóxicas.
Fue buscando la seguridad para los experimentadores y huyendo de las dosis tóxicas o masivas que el Dr. Hahnemann encontró el otro PRINCIPIO BASICO de la homeopatía y que resulta EL COMPLEMENTO IDISPENSABLE de la ley de los Semejantes. Empezó a emplear en los experimentos, dosis mínimas, pero después más diluidas: décimas, centésimas, milésimas, diezmilésimas, cienmilésimas y aún más pequeñas partes de la sustancia primitiva; y observó que así tan diluidas, las dosis SEGUIAN PRODUCIENDO SISNTOMAS Y MANIFESTACIONES PATOLOGICAS; en muchos casos, datos nuevos que no habían producido las dosis masivas o tóxicas. Especialmente se observó que las dosis más diluidas producían manifestaciones MAS GENERALES, en todo el organismo y más INDIVIDUALES en la ESFERA MENTAL Y PSICOLOGICA. Naturalmente que esta ampliación del campo de acción del medicamento homeopático a la esfera mental y psicológica, le ha dado a la homeopatía, armas eficaces pero inocuas, para curar todos esos trastornos emocionales y psicológicos tan abundantes en la actualidad.
El hecho de que las sustancias muy diluidas producían muchos síntomas y manifestaciones patológicas, determinó al Dr. Hahnemann, la decisión de usar en los enfermos esas dosis; llegó a la convicción de que no era necesario emplear las dosis masivas, después de varios años de haber estado empleando en los enfermos ambas preparaciones. O sea que el medicamento muy diluido, conservaba, y más aún, tal pareciera que ADMIRABLE E INEXPLICABLEMENTE AUMENTABA, en algunos aspectos, SUS PODERES CURATIVOS.
Después de 6 años de haber iniciado sus experimentos y descubrimientos, decide darlos a conocer públicamente; lo hace en el DIARIO de Hufeland, 1796.
Cada vez que tiene oportunidad, aplica los medicamentos preparados Homeopáticamente, o sea MUY DILUIDOS, y comprueba día con día su acción curativa. En 1792, es encargado de una Casa de Salud de Georgenthal, donde cura a un demente: el Sr. Klockenbring, lo que empieza a dar fama a la nueva medicina.
En 1794 y 1795, en 2 ciudades distintas, comprueba la acción curativa de belladona, sanando enfermos de escarlatina, y utilizando con éxito ese mismo medicamento, COMO PREVENTIVO de la enfermedad. De esa manera, INTRUDUCE Y HACE REALIDAD LA MEDICINA PREVENTIVA.
Para 1805, a los 15 años de haber descubierto o iniciado la homeopatía, publica en latín el conjunto de los medicamentos ya experimentados, con el título: RESUMEN DE LOS EFECTOS POSITIVOS DE LOS MEDICAMENTOS, OBSERVADOS EN EL HOMBRE SANO. Poco después, otro folleto: LA MEDICINA DE LA EXPERIENCIA
Algunos de los medicamentos que experimentó y utilizó el Dr. Hahnemann: El acónito, la belladona, el aluminio, el hongo agáricus, carbonato de ammonio, el anacardio, la plata, árnica, el arsénico (acido arsenioso), el oro, carbonato de bario, asafoétida, ámbar gris, la cicuta, cal cáustica, cobre, digital, sulfato de calcio, hyosciamus, la ignatia, yodo, mercurio y todas las preparaciones mercuriales, ácido fosfórico, ácido nítrico, fósforo, petróleo, el platino, la sepia, rhus toxicodendron, stramonium, el azufre, zinc, la thuya, etc.
El empleo de estos medicamentos homeopáticos por Hahnemann y sus primeros discípulos, cobrando sus valores curativos en los enfermos, confirmó a propios y extraños, Urbi et Orbi, la VERDAD CIENTIFICA de los principios de la Homeopatía. Como sucedió en las epidemias de Tifo y Cólera en las que la Homeopatía públicamente obtuvo brillantes resultados.
Su fama se extiende por Alemania, traspasa las fronteras y se da a conocer en Italia, Francia, Inglaterra, Hungría, Rusia y en Norteamérica; de muchos de estos países empiezan a acudir hasta Alemania a consultar al Dr. Hahnemann, sobre todo enfermos crónicos. En 1821, el Duque, Federico Fernando d´Anhalt-Koethen, lo nombra su médico familiar y consejero áulico.
En 1810, con 20 años de experiencia homeopática, pública su obra fundamental: “Organón del Arte de Curar o exposición de la doctrina Médica homeopática”, donde expone los puntos de vista particulares de la Homeopatía, sobre los problemas cruciales de la medicina como son: la enfermedad, la curación, enfermedades agudas y crónicas, las falsas y las verdaderas curaciones, etc., o sea toda una nueva filosofía de la Medicina.
Para estas fechas, en Leipzig, imparte cursos públicos 2 veces por semana sobre Homeopatía; y puede fundar con discípulos y amigos íntimos, una sociedad para experimentación de la homeopática. De esta manera, para 1812; puede publicar la obra: Materia Médica Pura, donde describe los datos experimentales (que llamó: Patogenesias), de los medicamentos hasta este tiempo experimentados; 62 sustancias registra en esta obra; convertidos desde entonces, para bien de la humanidad en medicinas. Después aún en la vida el maestro Hahnemann, él y sus discípulos, continuaron las experimentaciones que ininterrumpidamente se han seguido haciendo en todos los países donde la Homeopatía existe o ha existido, aumentándose año con año el arsenal terapéutico: siendo actualmente miles los medicamentos experimentados con los que se cuenta.
La obra científica del genial fundador de la Homeopatía, culmina con la creación de la teoría y doctrina de las enfermedades crónicas que expone en su Tratado de las Enfermedades Crónicas. El tratamiento médico de muchos enfermos crónicos, le permitieron observar fenómenos muy particulares y raros, importantísimos para la correcta valoración, comprensión y tratamiento de esas enfermedades. Trata del conocimiento de lo que hoy se conoce como: Enfermedades Diatésicas, Constitucionales o Terreno Mórbido
En 1829, tuvo el Dr. Hahnemann, una doble satisfacción: sus discípulos y amigos, le celebraron los 50 años de vida médica; y le entregaron ayuda económica, para la ampliación de su clínica que convirtió en Policlínica Homeopática. Aquí atendía a su cada día más numerosa clientela que acudía no solo de Alemania sino de toda Europa. Una de estas pacientes fue la Srita. Mélanie D’Hervilly , que venía de París y pertenecía a una familia de la Aristocracia; enferma de Tuberculosis, fue curada por el Dr. Hahnemann. La admiración y la afinidad de sentimientos que sintió por él, le impulsaron a proponerle matrimonio, ella a él. Como el Dr. Hahnemann era viudo, aceptó y se casaron. Al poco tiempo, decidieron ir a radicar a París.
El traslado del Maestro Hahnemann, a la Ciudad Luz, ha sido un suceso venturoso para la Homeopatía. Esto le permitió sembrar y esparcir la semilla de la Homeopatía en Francia, y por su fama y universalidad tan marcada en el siglo XIX, a otras partes del mundo. Desde entonces la Francia gloriosa, se convirtió en uno de los baluartes y abanderada de la mejor ciencia Homeopática; sus médicos homeópatas; en particular y en conjunto, dentro de las numerosas organizaciones e instituciones homeopáticas, laboran incesantemente en investigaciones y estudios en pro del perfeccionamiento de la teoría y práctica de la Homeopatía.
En París, el Dr. Hahnemann, pasa los últimos años de su fecunda vida, dejando de existir en la primavera de 1843 a los 89 años de edad, con la tranquilidad de haber dejado la causa de la homeopatía, esparcida por muchos países del mundo, y lo suficientemente cimentada para enfrentar y resistir los embates futuros de propios y extraños.
Referencia:
Revistas “MH Homeopatía Medicina Social”, México D.F. (1971-72).
Dr. Don Ignacio Fernández de Lara Miranda nació en la ciudad de San Andrés Chalchicomula hoy Ciudad Serdán, Estado de Puebla, el día 6 de Septiembre del año de 1856, el Sr. , siendo sus padres Don Agustín Fernández de Lara y Doña Rosario Miranda, ambos oriundos del mismo Estado.
Sus estudios primarios los realizó en la ciudad de Puebla, ingresando posteriormente, a la Escuela del Estado para continuar sus estudios preparatorios. En el año de 1877, a la edad de 21 años, ingresa a la Escuela Nacional de Medicina de la ciudad de México, cursando sus cinco años de estudios que término el año de 1881. Los días 30 y 31 de Enero de 1883, presenta con todo Méxito su examen profesional y finalmente con fecha 1o. de Mayo de 1888 le es expedido su título profesional por la junta Directiva de la Instrucción Pública.
En el ejercicio profesional se distinguió como un eminente clínico y eso mismo lo hizo aquilatar lo defectuoso de la terapéutica reinante. El Sr. Dr. Alfredo Ortega, distinguido médico homeópata, al respecto mencionó: Los desengaños que a este respecto sufrió, no obstante ser acucioso en su clínica , lo hicieron desalentarse, porque él, imaginándose al principio de su práctica que bien podía la medicina resolver los más arduos problemas terapéuticos se fue convenciendo paulatinamente de que los dogmas terapéuticos de la tradición, dejaban mucho que desear y entonces le vino el desaliento y hasta el escepticismo en medicina.
Ya en estas condiciones de desaliento y escepticismo fue relativamente fácil ganarlo a la homeopatía, y de esto se encargó el distinguido maestro Dr. Don Joaquín Segura y Pesado, otra lumbrera laureada de la tradición que ya se había convertido a la homeopatía; sin embargo, dado el escepticismo interno que había arraigado en el Dr. Fernández de Lara, existió por esta causa la difícil facilidad que aludía el literato Fernández de Moratin.
Efectivamente, era fácil llevar la luz de la homeopatía a un espíritu escéptico, pero en el Maestro Fernández de Lara, resultó tan grande el escepticismo que verdaderamente costó un triunfo al Dr. Segura y Pesado atraerlo a la homeopatía; pero, una vez convertido a la doctrina homeopática, Fernández de Lara resultó genial sencillamente y las curaciones que lograra notables; pronto la satisfacción del éxito alcanzado con nuestra terapéutica substituyó definitivamente al desaliento de que antes había sido víctima, su prestigio se acrecentó considerablemente y en estas condiciones ya fue uno de los paladines más activos de la doctrina y con los Doctores Segura y Pesado, Crescencio Colón, Ignacio Ma. Montaño y Julián González, tomó parte de la fundación de la primera Escuela Homeopática que hubo en la República.
“Fue el primer médico en México que empleó con éxito las altas potencias y las dosis únicas”.
Su purismo fue notable, nunca empleaba mezclas de remedios y por ello, a quienes aseguran esta práctica, los llamaba “Alópatas globuleros”. En la revista “La propaganda Homeopática” en su número 3, año V de febrero de 1905 en la página 13, se asienta lo siguiente: “Otro adicto a la humanitaria reforma hahnemanniana, conquistó el Instituto en la persona de inteligente médico cirujano de la Facultad de México, Dr. José Robles Montes de Oca, residente en Toluca, y más tarde la del valiosísimo medico residente en la vecina Villa de San Ángel, Dr. Ignacio Fernández de Lara, cuya adquisición para la Homeopatía mejicana fue una de las más valiosas conquistas realizadas en ese periodo, por las condiciones excepcionales de su ilustración, competencia clínica y carácter”.
Fue en el mes de noviembre de 1887 cuando ingresa a las filas de la Reforma el joven Dr. Ignacio Fernández de Lara, médico titulado en la Escuela Nacional de Medicina Alopática de México, y residente en la vecina población de San Ángel, siendo admitido inmediatamente en el Instituto (Instituto Homeopático de México N. de la R.), en calidad de socio, considerándose en aquella fecha su ingreso, como una de las más brillantes adquisiciones que tuvo la Homeopatía, pues con su claro talento y vasta erudición médica, dio impulso y prestigio moral y social, al ejercicio de la práctica y estímulo al público cooperando con los médicos titulados.
Con referencia a la primera Institución docente médico homeopática, en el numero 5 año V de abril de 1905, página 9 de la “La Propaganda Homeopática”, se menciona lo siguiente: ” 1889 .- Al inaugurar sus trabajos la nueva Junta Directiva del Instituto, el Presidente, Dr. J, Segura y Pesado, propuso el establecimiento de una Academia de Medicina, para la enseñanza no sólo de la científica y humanitaria terapéutica del ilustre sabio de Meissen, sino de todos los ramos que constituyen la ciencia médica. Tan brillante idea, no pudo menos de ser aceptada con aplauso por todos los propagandistas de la doctrina, y al efecto se constituye el Cuerpo de Profesores, que comenzaron a dar sus clases orales desde el día 14 de enero, asistiendo a ellas algunos alumnos”.
“Los profesores nombrados fueron los siguientes: Clínicas, Dr. Ignacio Fernández de Lara; Anatomía, Dr. Joaquín Segura y Pesado; Materia Médica, Dr. Pablo Fuentes Herrera; Patologías, Dr. Juan N. Arriaga; Higiene, Dr. Miguel, J. Bachiller; Cirugía, Dr. Joaquín González; Fisiología, Dr. Pablo Barona; Farmacología, Dr. Manuel M. Legarreta. Y entre los primeros alumnos se encontraban los Sres. C. Francisco Castillo, Fidel de Regules, F. de P. Álvarez, Martel, Arias, Orozco y otros”.
A la muerte del Sr. Dr. Colón, quedó encargado de la Dirección de la revista “La Reforma Médica” el Sr. Dr. Don Ignacio Fernández de Lara, en cuyo cargo se distinguió por su labor de difusión clínica de la homeopatía. Como redactores colaboraron con él, los Doctores Agustín García Figueroa, Joaquín González, y Luis Alba; y como colaboradores, los Dres. Plácido Díaz Barriga, F. E. Pérez, Ignacio Montaño y González Amezcua.
El año de 1893, los Dres. Joaquín Segura y Pesado, Ignacio Fernández de Lara, y otros médicos, obtienen la creación del Hospital Nacional Homeopático que durante dos años y medio, es controlada su estadística y cuyos resultados favorables originaron el Decreto de 1895 que creó la Escuela Nacional de Medicina Homeopática, como Institución médica oficial, substituyendo a la Escuela Particular.
El Dr. Fernández de Lara fue Subdirector de la Escuela Nacional de Medicina Homeopática, y catedrático de la misma en varias asignaturas: 21 de febrero de 1913 profesor de primer año de Clínica General; en la misma fecha nombrado profesor del segundo año de la misma cátedra y Subdirector del Hospital Nacional Homeopático, hasta su nombramiento como Director del mismo, el 9 de Febrero de 1916, hecho este nombramiento por Don Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista encargado del Poder Ejecutivo.
Como datos adicionales importantes hay que citar: En el año de 1890 en la calle de la Aduana Vieja (actualmente calles de 5 de Febrero), funda la primera farmacia homeopática con todos los elementos correspondientes a un establecimiento de primera clase, con el nombre de “Farmacia Central Homeopática” que por su prestigio a la fecha perdura y se encuentra en el Centro Comercial de Plaza Universidad de esta Ciudad de México siguiendo la trayectoria que le señala su fundador.
Fue además médico de cabecera del entonces Presidente de la República. Gral. Porfirio Díaz, así como de su familia.
Con la familia Madero cultivaba ya amistad desde hacia años, habiendo sido médico de Don Evaristo Madero, quien tenia en alta estima a los Dres. Joaquín Segura y Pesado e Ignacio Fernández de Lara.
Lo anterior, aunado a su convicción y actuación antirreeleccionista, motivó durante el primer periodo de la Revolución Mexicana, los siguientes hechos:
a).-Una amistad más estrecha con la familia Madero.
b).-Su designación, al triunfo del movimiento de 1910, por Don Francisco I. Madero, para que formase parte del Comité Central del Partido Constitucional Progresista, según la expresó en su manifiesto el 9 de julio de 1911, y cuya parte relativa a la letra dice: “Desde luego, como las candidaturas mías y del señor Don Francisco Vázquez Gómez han sido lanzadas por numerosos Clubes de la República, deseo, por lo que a mi respecta, retirarme de la política activa, delegando mis facultades en un Comité Central, integrado por las siguientes personas: Juan Sánchez Azcona, Gustavo A. Madero, Lic. José Vasconcelos, Lic. Luis Cabrera, Ing. Alfredo Robles Domínguez, Lic. Roque Estrada, Manuel M. Alegre, Enrique Bordes Mangel, Ing. Eduardo Hay, Lic. Jesús González , Lic. Adrián Aguirre Benavides, Dr. Ignacio Fernández de Lara, Pedro Galicia Rodríguez, Eusebio Calzado, Lic. Jesús Urueta, Dr. Francisco Martínez Baca, Lic. Nicolás Meléndez, Lic. Díaz Lombardo y Roque González Garza”. Lo anterior demuestra la gran confianza que el Sr. Madero tenia en el Dr. Fernández de Lara.
c).-Durante la Revolución Mexicana y a fin de prestar una ayuda altruista médica a los combatientes sin distinción de bandera, se convierte en fundador de la benemérita Cruz Blanca Neutral, a la que dedicó gran parte de su tiempo, por lo que mereció los elogios de la Sociedad Mexicana.
d).-Al tomar posesión como Presidente de la República el Sr. Madero, lo nombra Mayor Médico Cirujano del Cuerpo Médico Militar y queda igualmente como su médico de cabecera.
Después de un viaje a Cuba y a los Estados Unidos de Norteamérica en el año de 1919, regresa a la península de Yucatán y en la ciudad de Mérida, enferma y muere ese mismo año, reposando hasta la fecha sus restos en dicha capital. Ya en el año de 1911 y debido a su intensa actividad política y médica, estaba quebrantada su salud, motivo por el cual el Presidente de la República, Don Francisco I. Madero, al acordarse su traslado a la ciudad de Cuernavaca para su restablecimiento, recomendó al entonces Gobernador del Estado de Morelos, Sr. Gral. Ambrosio Figueroa, le dispensara toda clase de atenciones durante su permanencia en la capital de ese Estado.
La vida del Sr. Dr. Don Ignacio Fernández de Lara, no fue infructuosa después del prestigio que como excelente clínico, dio a la causa homeopática, su distinguida e infatigable compañera, Sra. Doña Inés Suárez de Fernández de Lara, al enviudar, siguió su tarea prestigiando la industria médico homeopática, labor que a su muerte, siguieron como ejemplo de tradición su hijo e hijas, quienes la han impulsado cada vez más, y hoy en día, esa labor ha dado como fruto la existencia de varios establecimientos de prestigio nacional e internacional que robustecen dicha industria, además de colaborar en todo aquello que signifique el mayor realce y progreso de la Medicina Homeopática, dentro de los aspectos de investigación, médico, de difusión y social.
-Referencia-
“Dr. Luis R. Salinas Ramos, Presidente Honorario de la Academia Mexicana de Historia y Estadística de la Medicina Homeopática” Ciudad de México 1986.
Farmacia Central Homeopática
Fundada por el distinguido médico Don Ignacio Fernández de Lara, uno de los grandes exponentes de la terapéutica homeopática en México. La Farmacia Central Homeopática es la farmacia más antigua del País, entre las actualmente existentes, ahora, con más de un siglo de vida, ha sido la plataforma para el desarrollo de las farmacias Médicor.
Efectivamente, fue en 1890, en la calle de Aduana Vieja ( actualmente 5 de Febrero) cuando abrió sus puertas en esta ciudad la “Farmacia Central Homeopática”, para atender a las ya entonces numerosas familias que trataban de beneficiarse con las aportaciones de la medicina homeopática
Con el transcurrir de los años fue cambiando su domicilio sin alejarse del Centro de la Ciudad, ubicándose desde el siglo pasado hasta nuestros días en diferentes puntos de las calles de Independencia.
En el año de 1953 se abre la primera sucursal en la Av. Sonora 210-A Col. Hipódromo-Condesa, domicilio en el que actualmente permanece.
En 1969 abre sus puertas Plaza Universidad con el innovador concepto de centro comercial nuestra farmacia forma parte de las empresas fundadoras de esa recientemente remodelada plaza comercial, ubicándose actualmente en el nivel del estacionamiento del sótano. (Universidad)
Como consecuencia de los sismos de 1985, nuestra unidad de Independencia se traslada al Paseo de la Reforma No. 180 esquina con Insurgentes, para ubicarse posteriormente en la Av. de los Insurgentes No 82-A (Zona Rosa). En Junio de 1986, se vuelve a abrir nuestra unidad de la Av. Independencia ahora en el número 66 (Centro Histórico)
En 1988, se inaugura otra unidad en el Centro Comercial Gigante de Azcapotzalco en la Calles de Aquiles Serdán No. 13 ( El Rosario)
Para 1996, abre sus puertas la unidad farmacéutica número seis en el la Plaza Jardines de Tultitlán Col. San Pablo de las Salinas en Tultitlán Edo. de México.
Durante el año de 1999 dos unidades más inician sus actividades al Sur de la Ciudad una en Centro Comercial Real de Coyacán División del Norte No. 3651 local 13 ( El Reloj) y la otra en el centro Comercial Patio Pedregal en Periférico Sur 5270 Local 28. (Pedregal)
Una actividad por demás importante a partir del año de 1895, ha sido la constante labor de apoyo y orientación que la Farmacias Médicor han otorgado a un selecto grupo de personas que han acudido a Médicor en búsqueda de asesoría para desarrollar sus propias unidades farmacéuticas, como una muestra de agradecimiento a aquellas personas que confiaron en Médicor a continuación aparecen los nombres de sus Farmacias:
• Farmacia Homeopática Carolina Tijuana B.C. Prof. Carlota Mustieles
• Farmacia Homeopática Mexicali, Mexicali B.C. Dr. Guillermo Magdaleno González
• Farmacia Homeopática Nogales, Nogales Sonora. Dr. Demetrio Ifantópulus
• Farmacia Homeopática Hermosillo, Hermosillo Sonora. Dr. Fortino Vazquez
• Farmacia Homeopática los Mochis, Los Mochis Sinaloa. Dra. Esther Rojo Beltrán
• Farmacia Homeopática Pachuca, Pachuca Hidalgo. Dra. Guillermina Acosta Rivera
• Farmacia Homeopática Morelia, Morelia Michoacán. Lic. Armando Moreno Ramírez
• Farmacia Homeopática Las Torres, Cd. Satélite Edo. de México. Sra. Yolanda Atilano
• Farmacia Homeopática Centenario, Plaza Centenario-Plateros Lic. Patricia Chávez
• Farmacia Homeopática Nápoles, Pensilvania 143 Col Nápoles, Lic. Patricia Chávez
• Farmacia Paris (División-Homeopática) República del Salvador y 5 de Febrero Centro Histórico, Lic. Ignacio Merino Lanzilotti.